Tras el incidente, la sucursal de Rijswijk de Chetu Inc. fue cancelada en la Cámara de Comercio.
El trabajador se mostró incómodo por ser vigilado durante nueve horas al día.
Una de las características principales que tuvo la pandemia del covid-19 fue la cuarentena (un proceso en donde una población se aisló durante varios días para protegerse de un posible contagio).
Sin embargo, como “más de 500 millones de casos de personas padecieron esta enfermedad en el mundo”, según lo confirmó la Universidad John Hopkins, las medidas de seguridad adoptadas por los gobiernos fueron distintas a como se creía desde un principio porque el encerramiento no solo duró 40 días, sino dos años en ciertos país.
Razón por la cual, muchas personas se vieron obligadas a trabajar, educarse y contactarse con sus personas más allegadas a través de forma virtual con videollamadas, llamadas y chats que les permitían estar ‘más cerca del mundo exterior’ desde la pantalla de su dispositivo electrónico.
El trabajar desde casa implica que en muchas ocasiones no se mantenga un límite entre la vida laboral y personal. Por eso, en medio de dicha situación cuando se tienen que hacer reuniones por videollamada entre compañeros de trabajo o estudio, existe la opción de encender o apagar la cámara de los computadores o celulares por los que se esté conectado.
Pero, ¿qué haría usted si la empresa en dónde trabaja lo obliga a darle acceso a su dispositivo para comprobar si está trabajando,usted se niega y tras del hecho lo demandan?
Este caso le sucedió al empleado de una empresa americana con sede en Florida que fue contratado por otra ubicada en los Países Bajos, la cual quería obligarlo a compartir pantalla durante las nueve horas de trabajo para verificar si él realmente estaba haciendo su trabajo.
Como para el empleado de la empresa fue incómodo, él no dudó en negarse a la idea porque no estaba de acuerdo en ser monitoreado y por ello fue despedido.
El tribunal de Países Bajos dictaminó que la empresa pone en conflicto la privacidad de los trabajadores.
El residente de la provincia Noord-Brabant fue contratado por la sucursal de Rijswijk de Chetu Inc, una empresa de desarrollo de software con sede en Miramar, Florida, en el 2019. Ganaba más de 70.000 euros (312 millones de pesos colombianos) al año, comisión, bono y vacaciones, según lo afirma el medio local ‘NL Times’.
Desde el 23 de agosto de este año, se le ordenó un periodo de capacitación virtual llamado Programa de Acción Correctiva, en el que le dijeron que durante el período tendría que permanecer conectado durante todo el día de trabajo con la pantalla compartida y su cámara web activada. Fue ahí en donde comenzó el dilema de su historia. Sin embargo, tres días después fue despedido según la empresa por “negativa a trabajar” e “insubordinación”.
¿Qué decisión tomó la justicia de su país al respecto?
El tribunal de Países Bajos dictaminó que “las instrucciones para mantener la cámara web encendida están en conflicto con el respeto a la privacidad de los trabajadores”. Dándole la razón al empleado, por lo que sentenció a la empresa a pagar una multa de 75.000 mil euros (más de 300 millones de pesos colombianos), más el deber de transferir los días de salario que le faltaba por pagar y los días de vacaciones no utilizados.
Todo esto debido a que en ese país “el seguimiento a través de la cámara tantas horas por día es desproporcionado y no está permitido”, de acuerdo a la convención para la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
“La videovigilancia hacía un empleado es una intrusión considerable a su vida. Por lo tanto es ilegal”, sentenció el Tribunal.Tras el incidente, la sucursal de Rijswijk de Chetu Inc. fue cancelada en la Cámara de Comercio y cerrada el 2 de septiembre, según muestran los registros.